Identificación del recién nacido

Desde la antigüedad, el ser humano siempre ha intentado tener algún método o sistema que permitiera la identificación de los recién nacidos, aunque siempre limitados al aspecto legal y sobre todo sucesorio. Para conseguir este fin, se acudía a una serie de rasgos característicos y datos singulares que cada individuo tiene y que favorece su  reconocimiento. La identificación en estos casos era visual, delante de testigos que certificaban el nacimiento, presenciando el parto.

La identificación del recién nacido es un derecho recogido en la "Declaración Universal de los Derechos Humanos" y en la "Convención sobre los Derechos del Niño", que establece el derecho del niño desde que nace, a un nombre y a adquirir una nacionalidad, obligando a los Estados a preservar la identidad del niño. Toda persona tiene derecho a ser identificado desde el momento en el que nace, los padres junto con las autoridades del Registro Civil deben velar por el cumplimiento de este proceso.

Para el reconocimiento de estos derechos es necesario asociar al individuo una identidad, que le permitirá exigirlos ante los demás, y en caso de conflicto ante los tribunales de justicia. Algo tan natural y cotidiano como la identidad, la demostramos normalmente mediante la exhibición de algún documento oficial que la certifica. Estos documentos que pueden recoger datos biométricos de la persona, con medidas de seguridad, etc., para proteger esta condición, se inicia o sería lo más lógico, con el nacimiento de la persona.

Tradicionalmente con el deseo de una rápida identificación del recién nacido se querían resolver dos problemáticas:

a) El cambio del recién nacido por otro niño, interesado o por error, durante la estancia en la maternidad. La   solución a este problema ha venido con el desarrollo de procedimientos adecuados implantados en maternidades y con nuevos métodos de identificación, como las pruebas de ADN.
b) La sustracción del recién nacido o sustituciones posteriores interesadas del niño, incluso desde el entorno del propio niño. En estos casos, solo la identificación del recién nacido por un organismo oficial lo puede resolver.

De ahí el interés en trabajar en estos primeros días de vida del niño en técnicas que unieran a la persona con sus datos biométricos, y el más rápido de obtener y fácil de almacenar y que acompaña al individuo a lo largo de su existencia, sería su impresión dactilar, palmar o plantar, depositado en documento oficial y almacenado en base de datos oficial igualmente.

En España, el art. 46 de la ley 20/2011 del Registro Civil, obliga a los centros sanitarios a la toma de las dos huellas plantares del recién nacido junto a las huellas dactilares de la madre en el mismo documento. Y en el año 2000 se crea por iniciativa del Doctor Antonio Garrido-Lestache Cabrera, el denominado "DNI infantil", donde se recogen con tinta las impresiones del dedo índice y medio de la mano derecha del recién nacido junto con la impresión del dedo índice de la mano derecha de la madre, recogido todas ellas en "El Documento de Identificación Sanitaria Materno filial"; este formulario es utilizado en los hospitales para la identificación de los recién nacidos en la actualidad.

A lo largo de este seminario, investigadores del ámbito académico, hospitalario y policial debatirán sobre la conveniencia de la actualización de los métodos que se han venido usando en la identificación de los recién nacidos, presentando los últimos estudios realizados para la obtención de impresiones lofoscópicas de recién nacidos, mediante diferentes técnicas y procedimientos, junto con los avances en identificación del ADN, aportando propuestas de mejora en la identificación del recién nacido.

El Comité organizador